Abordaje de las conductas sexuales abusivas cometidas por adolescentes. Aportespsico-jurídicos.

Lic. María Celeste Elizondo

El presente artículo nace a partir del posgrado “Detección, prevención y asistencia a NNyA agredidos sexualmente. Abordaje Interdisciplinario”, de la Red Raíces. Tiene como objetivo el análisis de las conductas sexuales abusivas presentadas por
adolescentes.

Es un tema que considero un desafío, ya que existe mucho tabú y silenciamiento al respecto, asimismo, lo considero fundamental ya que se observa escasez de formación y de actualización de los y las profesionales, operadores del sistema de
protección y funcionarios judiciales, derivando en prácticas iatrogénicas y
lamentables.

Desde la ONG Paicabi 1 , especializada en la temática plantean que, se estima que los jóvenes son responsables de un tercio de los abusos sexuales hacia otros niños,

1 1 En Latinoamérica la ONG Paicabi ha sido una organización pionera en trabajar con niños, niñas y adolescentes que realizan agresiones sexuales, llevando a cabo tareas de promoción y defensa de los derechos de la infancia y particularmente en la temática de abuso sexual entre pares, niñas y adolescentes. Ante lo cual, hablar de agresiones sexuales entre pares es también una necesidad.

En un primer momento se pretende realizar un análisis crítico sobre las denominaciones de la violencia sexual contra niñeces y adolescencias y posteriormente se abordará específicamente el tema que nos convoca referido a adolescentes que presentan conductas sexuales abusivas, su definición y la diferenciación entre conductas sexuales problemáticas y conductas sexualmente
abusivas, para finalizar planteando el modelo de intervención estudiado.

Lenguaje en clave de Derechos: necesidad de utilización de terminología. acorde a los derechos de niños, niñas y adolescentes:

El lenguaje crea realidades, conceptos, preconceptos y narrativas que se instalan y operan en la sociedad. Qué decimos y cómo lo decimos influye directamente en la realidad y en las acciones. Específicamente en la temática que estamos abordando,
resulta crucial prestar atención a este fenómeno a fin de evitar una naturalización de la violencia y/o minimización de la gravedad de la situación.

Para comenzar, cuando abordamos estas temáticas en relación a infancias y adolescencias, es imprescindible recordar que la Convención de los Derechos de los niños (CDN) propuso una transformación radical de la semiótica adulto-céntrica con la propuesta de reemplazar la terminología “menores” por niños, niños y adolescentes (Volnovich, J. 2016).

En este sentido, se considera que la palabra “menores”, hace referencia a alguien inferior, subordinado o de bajo nivel, significaciones que se quieren evitar. Sin embargo, a más de 30 años de la CDN, se continúa mencionando a los niños y niñas
como “menores” sobre todo al interior de las instituciones judiciales y administrativas que trabajan con las infancias y adolescencias.

Eva Giberti, psicoanalista argentina, fue pionera en plantear que la terminología “abuso sexual infantil” es una denominación confusa y encubridora, ya que no se trata de una actividad infantil, siendo indispensable enfatizar que “los violadores y

abusadores son adultos”, es un adulto quien irrumpe en el cuerpo y en el psiquismo del niño arrojándolo al ejercicio de la sexualidad adulta (Giberti, 2005) Su propuesta fue que lo más adecuado es hablar del ataque sexual que sufre la víctima.

En la misma línea, desde UNICEF recomiendan utilizar “abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes”, en vez de “abuso sexual infantil” debido a que el término da lugar a minimizar la gravedad de la experiencia para el niño. Además, al calificar de
“infantil” se corre el riesgo de sugerir que el agresor hubiera cometido un hecho infantil, cosas de niños, lo que dificulta la comprensión social, cultural y judicial respecto del riesgo, trascendencia e impacto que genera la violencia más extrema a
la que puede ser sometida una víctima. 2

En esta misma línea, en el marco del presente curso de actualización, la Lic. Cao Gené plantea una crítica al término abuso, partiendo de la etimología de la palabra abuso: “mal uso o uso excesivo de una cosa”, que ubica al niño o niña en lugar de
objeto, por lo que, en concordancia con Giberti también refiere que agresión sexual es lo más adecuado. Asimismo, la especialista propone no hablar de víctimas sino de damnificados. Asimismo, Garaventa insiste que también es encubridor hablar de “ASI" ya que “no se trata ni de una sigla ni un eslogan sino un delito de consecuencias imprevisibles para la niñez”. Debemos considerarlo como una catástrofe de carácter traumático para el psiquismo infantil. (Garaventa, 2022). Con respecto a la problemática abordada en el presente escrito, la Dra. Capacete

2 Para ampliar información, se recomienda la lectura de la Guía de Buenas Prácticas para el abordaje de niños/as, adolescentes víctimas o testigos de abuso sexual y otros delitos, elaborada por Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las provincias argentinas (JUFEJUS), Asociación por los Derechos Civiles (ADC) junto a UNICEF Argentina, 2013. Propone terminología centrada en la acción y no en el sujeto, es decir: Conducta agresiva Sexual – Comportamiento abusivo sexual – Conductas problemáticas sexuales. Hablar de práctica abusiva sexual permite no estigmatizar la identidad del niño, niña o joven. Por otra parte, convoca a no utilizar términos tales como: Ofensor sexual -Abusador sexual juvenil – Agresor -Delincuente -Perverso- Delito-Ofensa. En este sentido, la autora considera que, si desde la adolescencia se está construyendo lo identitario, se debe evitar fomentar el armado de su identidad en relación al significante que lo ligue al delito. 

Adolescencia: tiempo de construcción

En principio es necesario plantear una mirada evolutiva: Los niños, niñas y adolescentes se encuentran en etapas de desarrollo, es decir los cambios son parte de estas etapas y una evolución saludable depende del cuidado de adultos
disponibles. La psicoanalista Françoise Dolto se refiere a la adolescencia como un segundo nacimiento y lo describe como la fase de mayor vulnerabilidad del ciclo vital. La autora realiza una metáfora con la langosta, que al perder su caparazón se esconde bajo una roca hasta segregar uno nuevo. “Pero, si mientras son vulnerables reciben golpes, quedan heridos para siempre; su caparazón recubrirá las heridas y las cicatrices, pero no las borrará” (Dolto, 1990). En este sentido, los adolescentes no pueden ser pensados con las mismas categorías que los adultos, ya que la adolescencia es una etapa vital de construcción subjetiva, tanto en lo identitario como en lo relacional.

En esta línea, la Dra. Laura Capacete define esta problemática en los siguientes términos:
Un niño o un adolescente es utilizado por otro adolescente quien lo estimula sexualmente y donde el consentimiento no existe o no puede ser dado. Suele haber una significativa diferencia en la disparidad de edad o de desarrollo. Puede haber o

no contacto corporal (exhibicionismo, grooming, pornografía). Es decir, la definición es similar a la definición de agresión/abuso sexual, no obstante, la diferencia radica en el actor del acto. Estas conductas están actuadas por un sujeto en constitución psíquica (niño, niña o adolescente) por lo cual es fundamental evitar dar diagnósticos de estructura y/o dar

diagnósticos que estigmaticen. Como se planteó anteriormente, la adolescencia es una etapa de grandes transformaciones, con logros y fracasos, y la comisión de un acto abusivo es desde ya un fracaso en el plano relacional (Capacete, 2022)

Diferenciación entre conductas sexuales problemáticas y conductas sexualmente abusivas en el desarrollo humano existen comportamientos en torno a la sexualidad que son esperables según la edad y etapa evolutiva y que favorecen el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Entre ellos podemos observar juegos consensuados entre niños y niñas, juegos de tipo exploratorio basados en la curiosidad sobre el cuerpo y sus sensaciones. Estas conductas son conductas sexuales saludables.

Por otra parte, se presentan las conductas sexuales problemáticas. Las mismas presentan un amplio abanico en el que no sólo se encuentran las agresiones sexuales entre pares, sino también todo tipo de comportamiento sexual que dificulte
el desarrollo, genere daño o favorezca situaciones de riesgo para el mismo niño, niña, joven autor o para otros involucrados.

Dentro de las conductas problemáticas podemos subdividir en problemáticas auto centradas o problemáticas interpersonales. Dentro de las auto-centradas, algunos ejemplos son: masturbación compulsiva, masturbación con objetos dañinos, interés exacerbado en la pornografía, rechazo a la educación sexual, etc. En cuanto a las interpersonales, son aquellas conductas donde además del autor se involucra a otras personas en el comportamiento (niños/as, pares o adultos). A su vez estos comportamientos problemáticos interpersonales pueden manifestarse de un modo no abusivo, sin intención de dañar o sin existir desequilibrio de poder entre los involucrados, por ejemplo: juegos sexuales persistentes con pares, intercambio de pornografía violenta entre adolescentes, promiscuidad sexual, comportamiento seductor o provocador, etc. O también se pueden manifestar comportamientos problemáticos interpersonales sí abusivos. En este último caso nos encontramos ante las prácticas abusivas sexuales. La definición de dichas prácticas es la siguiente:

“Son un tipo de comportamiento sexual problemático de tipo interpersonal que se caracteriza por implicar una relación no recíproca en donde existe desequilibrio de poder entre los niños, niñas o jóvenes involucrados, y dado este desequilibrio de
poder el consentimiento de uno de los participantes no es posible”. En este sentido, es dable recordar que toda forma de sexo no consentido es un abuso sexual. Desde la ONG PAICABI plantean que las investigaciones realizadas a la fecha evidencian que las prácticas abusivas sexuales más frecuentes son de tipo impulsivas o de baja planificación realizadas por niños, niñas o jóvenes (en su mayoría varones) hacia víctimas conocidas de su grupo familiar, generalmente de menor edad a la de los autores y de sexo femenino. En torno a las causas, los especialistas plantean que aún no existe un consenso al respecto. Surge de las investigaciones que los jóvenes y niños involucrados en la problemática presentan las siguientes vivencias en su historia de vida: (fuente: Poicaba)

• 40% abuso sexual

• 25 – 55% maltrato físico/emocional
• 60% testigo de violencia intrafamiliar
• 40% abandono/ negligencia (orfandad o trato frío y despreocupado de los
adultos, entre otros)

Por su parte, al respecto la Dra. Capacete plantea desde su casuística e investigación que en las historias de estos jóvenes predominan situaciones de violencia familiar, maltrato y desamparo y en menor medida han sido víctimas de abuso sexual.

Intervenciones psico-juridicas. Claro está que la temática planteada es una problemática compleja y multicausal, debemos tener en claro que no existen soluciones simples para situaciones complejas, asimismo las intervenciones y los abordajes no pueden provenir de un solo organismo, ni de una sola profesión, por lo que el abordaje debe ser interdisciplinario e interinstitucional “habrá que diseñar estrategias, en función de articular con otras instancias -jurídicas, institucionales, comunitarias, tanto para restituir los derechos vulnerados, como para interpelar al adolescente en función de operar con una sanción que humanice” (Capacete, 2022)

En el plano jurídico, en Argentina, antes de los 16 años no reviste un carácter penal. La intervención está a cargo del Organismo de Protección de Derechos de niños, niñas y adolescentes, conocidos también como “servicios locales de niñez”. El
objetivo es garantizar la intervención con ambos niños/as y/o adolescentes involucrados. A partir de los 16 años, interviene también el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil. En las dos intervenciones (tanto la del organismo administrativo como la del fuero penal juvenil) se deben garantizar como primera medida, la separación de los involucrados, generando así condiciones que posibiliten la recuperación frente a lo traumático vivido a quien padeció la conducta abusiva, y por otra parte que el causante de los hechos pueda trabajar subjetivamente en lo sucedido. Es de suma importancia que se lleve a cabo un apoyo especializado de parte de un profesional o institución competente en temas de desarrollo infanto-juvenil, vulneración de derechos y comportamiento sexual. En este sentido, Capacete propone intervenciones desde una práctica clínica y socio educativa. Es fundamental ofrecer una escucha respetuosa, empática y comprometida, sin acusar ni adjetivar, validando las emociones y sobre todo ofreciendo protección y seguridad. Se trata de dirigir la clínica hacia la construcción del sujeto ético y la responsabilidad como proceso que implique la recuperación emocional, el reconocimiento de la historia de vida, el reconocimiento de la masculinidad patriarcal en tanto construcción social, la reivindicación de los derechos transgredidos y

abordaje de las situaciones de vulneración pasada. Este proceso se considera clave para evitar que se generen abusos sexuales entre pares. En función de la complejidad y especificidad antes mencionada, es fundamental que los profesionales, técnicos, funcionarios/as judiciales, operadores/as, cuenten con herramientas y recursos adecuados que puedan alojar esta problemática. En ese sentido, es urgente una formación profesional sólida en la materia de todos los profesionales que por su función trabajen en relación directa con niños, niñas y adolescentes. La protección de la infancias y adolescencias debe ser una prioridad de todos/as.


Material de consulta

CAPACETE L. "Intervenciones clínicas con adolescentes que presentan conductas
sexualmente abusivas". Material fílmico publicado por Canal Yoica AC. Emitido en
directo el 19 sept 2022. Enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=oeOaSrBGqrw&t=4057s

CAPACETE, L. “Jóvenes que abusan sexualmente, posibilidades y obstáculos en la
intervención”, 2020. Enlace: https://www.elsigma.com/psicoanalisis-ley/adolescentes
que-abusan-sexualmente-obstaculos-y-posibilidades-en-la-intervención/13780

CAPACETE, L. Clase dictada en el marco del curso de postgrado de actualización
“Detección, prevención y asistencia a NNYA agredidos sexualmente. abordaje
interdisciplinario”, módulo 15, Unidad 14. Título: Adolescentes con conductas
sexuales abusivas, Red Raíces, año 2023.

DOLTO, F. “La causa de los adolescentes”. Editorial Seix Barral. Barcelona, 1990.

GARAVENTA, J., “Palabras preliminares” En: Cao Gené, M. (Comp.) Agresión
sexual contra niños, niñas y adolescentes. Te lo cuento cómo y cuándo puedo: El
polimorfismo del lenguaje infantil. Raíces ediciones, 3ra edición. Buenos Aires, 2022,
págs. 25-27.

GARAVENTA, J., Clase dictada en el marco del curso de postgrado de actualización
“Detección, prevención y asistencia a NNYA agredidos sexualmente. abordaje
interdisciplinario”, módulo 2, Unidad 1. Título: "Análisis crítico sobre nuevas miradas
y denominaciones de la violencia sexual contra niñeces y adolescencias" Red
Raíces, año 2023.

GIBERTI, E., “Vulnerabilidad, desvalimiento y maltrato infantil en las organizaciones
familiares. Ed. Novedades Educativas. Buenos Aires, 2005.

ONG PAICABI – ALDEAS INFANTILES SOS. “Guía sobre conductas Sexuales
Problemáticas y Prácticas Abusivas Sexuales”. Material de apoyo. Latinoamérica y El
Caribe, Chile, 2015.

UNICEF ARGENTINA “Abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes. Una guía
para tomar acciones y proteger sus derechos”. Unicef Ediciones, Argentina, 2016.

VOLNOVICH J. “Sobrevivientes de lo peor. Abuso sexual infantil, mujeres e
instituciones”. Lugar editorial, Buenos Aires, 2016.

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